lunes, 1 de noviembre de 2010

Por qué quiero ser maestra?

- Vos que estudias?
- Voy a ser Maestra de Primaria.
- Buenisimo, si enganchas en el Estado, vas a vivir de paro, con tres meses de vacaciones, pocas horas, trabajas en blanco. Es buena elección, hiciste bien!
El dialogo se repite cada vez que alguien me pregunta sobre la carrera que estoy siguiendo, ante mi respuesta, vienen de la mano la enumeración de lo que supone la gente fueron mis razones para elegir ser docente. Generalmente hago una mueca que se parece a una sonrisa, y contesto con un breve “yo estudio por chicos” y no me tomo el tiempo de explicar la frase, hay argumentos que son difíciles de expresar.
No creo que haya “elegido” ser maestra, lo sentí así. Tal vez fue porque tuve la oportunidad de conocer la profesión antes que la carrera y poder vivenciar la escencia de compartir la jornada con chicos. Conocer primero a los alumnos de un colegio que a los profesores de un instituto.
Haber tenido la posibilidad de trabajar en un colegio, en un puesto administrativo pero con mucha relación con el alumnado en general, fue una aporte fundamental a mi posterior decisión de ingresar al magisterio.
No hubo un día exacto en el que recuerde haber hecho dicha elección, quizás fue cuando Leonel, después de la excursión al zoológico, entró al colegio y me saludó repitiendo el trabalenguas que yo le había enseñado, o también pudo ser la tarde que Bianca me acercó a la oficina de administración un dibujo hecho por ella en su casa la noche anterior, como tal vez haya sido el día que Alfonso confió en mi, o posiblemente fue la respuesta que recibí de Jonathan, cuando le regale un cuaderno en blanco y crayones de colores, y prometió traérmelo un día cuando lo hubiera llenado de dibujos para poder regalármelo él a mi.
Tengo la convicción que un abrazo con caramelo en los dedos, puede darte más descanso que tres meses de vacaciones, que no son solo cuatro horas, que todo lo que vivis en el aula, te acompaña el resto del camino. Hay algo que te devuelve la docencia que dudo alguna otra profesión pueda lograr, experiencias que te cambian del pelo a la punta de los pies, y no se puede explicar en palabras una sensación, para eso a veces las palabras no alcanzan.
Gracias a las experiencias, hoy estoy rodeada de gente que siente como yo, que me acompaña en el camino a ser maestra, que quiere enseñar, que se preocupa por la integridad de los chicos y que no sigue una carrera para vivir de paro o para tener un trabajo seguro.
Lamento no poder explicar siempre las razones por las cuales quiero ser docente, pero difícilmente me comprenda quien no sintió que se le alegra el corazón, cuando un día cualquiera te volvés a cruzar con alguno de esos niños, un poco más grandes, y se sigue acordando de vos, te llena el alma con un abrazo, y con un giño te da la razón: “Elegiste Bien!” . Esa es la opinión que verdaderamente importa, la de ellos, los chicos, el testimonio por el cual quiero ser maestra.

Romina Paula Castelli ISFD Nº100. Espacio de la Práctica Docente

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